lunes, 26 de agosto de 2019

HABLAR DE INCLUSIÓN

La inclusión como parte de la Nueva Escuela Mexicana es todo un reto para los docentes de la escuela regular, pues implica un cambio de paradigma desde las políticas, las prácticas pedagógicas y la gestión escolar.
Cada escuela vive un proceso distinto pues recordemos que los contextos sociales y culturales favorecen u obstaculizan el cambio que se desea realizar. Un requisito indispensable en el proceso de inclusión consiste en adaptar el sistema a los alumnos y no de los alumnos al sistema, como se ha venido sucediendo

"Tradicionalmente se ha usado el término “integración” para aludir a la inclusión de las personas con Necesidades Educativas Especiales (NEE) en el sistema educativo. Sin embargo, Booth y Ainscow (2002), autores del Index for Inclusion (Guía para la Evaluación y Mejora de la Educación Inclusiva es la versión española), preven el término de “Educación Inclusiva” frente al de “Integración del Alumnado con Necesidades Educativas Especiales” por ser menos restrictivo. Paralelamente, advierten de que al etiquetar a un alumno con NEE se generan expectativas más bajas por parte de los docentes para estos alumnos y se corre el riesgo de desatender las dificultades experimentadas por el resto del alumnado. En vez de NEE, estos autores recomiendan el uso de “Barreras para el aprendizaje” (Guía de Buenas practicas de educación Inclusiva. Carmen Solla Salvador. 2013) .






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